
Con toda los revoloteos emocionales, con sus incesantes dudas acerca de cuál es su raíz, aterrizó en España para empezar a cursar la Carrera de Ciencias Químicas.
Su historia:
"Uruguayo nacido por casualidad en Madrid". Así es como lo define Bernardo Gamboa (novelista mejicano). Y la verdad que conociéndole uno observa rápidamente como tiene un mirar distinto, como lleva en su piel información propia de otro país. Sus canciones tienen siempre un aroma rioplantense, siempre están mirando al río, a la huella, al paisanaje. Se crió con la música de Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa y Carlos Gardel; rodeado de chacareras, zambas y milongas. Su padre, un amante del folclore, es quien desde pequeñito le fue inculcando el amor por esa música que nos transporta a la raíz de las cosas.
Desde muy pequeño siempre mostró mucho interés por lo diferente, por lo que quedaba por descubrir. Quizás esa fuese una de las razones por las que tanto se distraía en clase y a menudo le costaba entender lo que los maestros trataban de explicarle.
Debido a una alergia, tuvo que pasar gran parte de primera infancia en casa. Esto le ayudó a construir mundos paralelos donde disfrutar de la "cárcel" en que se había convertido se hogar. Se pasaba el día acompañado por su perro "Tabaré" jugando e inventando historias.
Pasaron los años, pasó los estudios de bachillerato con más pena que gloria y al terminarlos (a los 18 años) sus padres decidieron que tenía que darse un año sabático para viajar a Uruguay.
Tardó tres años en darse cuenta que vivir entre tubos de ensayo y erlenmayers no era lo que le iba a traer sonrisas a su vida. El poco rato que tenía libre lo dedicaba a tocar la guitarra y cantar.
Así pues, a los 23 años decidió dejar su andadura química para aventurarse en el mundo, hasta entonces desconocido para él, de la Pedagogía.
Recuerda con mucho cariño como nada más entrar en el aula y escuchar hablar a Fernando Bárcena (Profesor de Filosofía de la Educación), supo que ese era su sitio. Pasó de ser un estudiante mediocre de químicas a convertirse en un alumno sobresaliente. Continuó sus estudios pasando todas las horas libres entre bibliotecas, despachos de profesores, seminarios, etc. Siempre atento, exprimiendo hasta la última gota las oportunidades que le ofrecía la Universidad. Participó en muchos trabajos de investigación, congresos y recibió varias becas. Tenía claro que su vocación era la pedagogía. Por fin había encontrado un asidero donde dejar nacer su creatividad. Los años de sentir que el mundo no tenía sitio para él habían terminado.
Así fue como nació "Aladuría". Y lo hio entre las paredes de la universidad un día que un maestro les pidió un trabajo acerca de la creatividad. En aquél contexto Aladuría significaba "lo que sucede entre el objeto y el sujeto", rompiendo así la idea de la creatividad como un proceso del sujeto o un resultado de lo que se transforma. Aladuría es lo que pasa, lo que sucede, lo que acontece en esa relación. Más tarde el concepto fue creciendo y llegó a consolidarse como el motor de una metodología que actualmente es la que enmarca todo su trabajo pedagógico en Danza Palabra Pedagogía.
¿Qué pudo pasar para que no continuara en la Universidad?
Tuvo mucho que ver la experiencia vivida en Le Coin Inconnu y también una frase que un profesor a final de la carrera le dijo, así como la entrada en su vida (desde hacía ya varios años) de Alejandro Jodorowsky.
Ya terminado la carrera estaba decidiendo entre seguir con un doctorado o salir a la vida a trabajar. Un maestro con quien compartía cientos de horas a final de la carrera le dijo: "Sal a crear felicidad, sal a practicar lo vivido. Si no sabes en qué quieres poner tu fuerza ahora, te propongo que escuches lo primero que te digas antes de dormir y lo primero que escuches al despertar. ¿Qué es Julián?" - le preguntó. - Música- respondió. -Música y Aladuría.
Así fue como salió de la carrera en 2007 y empezó a trabajar en programas de pedagogía social y artística. Fundamentalmente trabajaba con la Fundación Tomillo, La Casa de América, AIPC-PANDORA y la Fundación Yehudi Menuhin. En aquél año graba su maqueta "Al sureste de las cosas Grandes" junto con David Arribas y Juan Pablo García. Esta formación se conoció como Julián Bozzo y La Bandada.
Pasaron dos años, hasta 2009, en los que giró la maqueta y comenzó otros proyectos como "Julian Bozzo y Las Magas" un espectáculo de teatro musical. Estuvieron un año, hasta que los estudios volvieron a llamar a Julián.
A finales de 2009 Julián comienza a formarse en Psicoterapia Gestalt y Pedagogía Sistémica. Esos dos años de estudios suponen un parón en su vida musical y artística. Tiempo que se tomó para revisar lo lazos internos que mueven su ser.
Ya en 2012 presenta Mundo Aladuría, junto con David y Juan Pablo, en Madrid. Si bien es cierto saber que Mundo Aladuría es un proyecto compartido de Julián, David y Juan Pablo. Se trata de pensar el trabajo como construcción conjunta. Si bien es cierto que solemos encontrarle tocando en solitario, reconoce que tocar junto con sus productores es una experiencia infinitamente gratificante.
A principio de 2013 Julián Bozzo comienza su andadura musical más en solitario presentando su gira "Gramática de un sueño". Una propuesta que cierra en Madrid en los meses de verano. Los próximos meses lo dedicará a escribir lo que será el primer manual de canto improvisado así como un libro sobre cuentos y poemas que verán la luz en junio del próximo año.
Actualmente se encuentra preparando una gira con el Repentista Alexis Díaz Pimienta así como una nueva propuesta musical que incluirá danza contemporánea y efectos visuales. Sin olvidar su labora pedagógica y terapéutica en su escuela Danza Palabra Pedagogía.
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